En los últimos días hemos escuchado hablar de un brote de contagiós de micoplasma, especialmente en Estados Unidos y China.
Aquí te contamos un poco más de lo que se conoce de está enfermedad, qué es, sus síntomas y lo más importante cómo prevenirla.
¿Qué es la infección por micoplasma?
La infección por micoplasma es una enfermedad respiratoria ocasionada por el Mycoplasma pneumoniae, un organismo microscópico relacionado con las bacterias.
Cualquier persona se puede contagiar y contraer esta enfermedad, sin embargo, esta afecta con mayor frecuencia a niños mayores y adultos jóvenes por lo que se pide en escuelas tengan medidas sanitarias para evitar contagios de la misma.
Las infecciones por micoplasma ocurren a lo largo de todo el año. Pueden ocurrir brotes colectivos de gran difusión, en intervalos de cuatro a ocho años. La infección por micoplasma es más común a finales del verano y en el otoño.
La infección por micoplasma generalmente se diagnostica con base en síntomas típicos. Un análisis de sangre no específico (aglutininas frías) resulta útil para el diagnóstico definitivo, aunque no siempre sea positivo. La utilización de pruebas de laboratorio más específicas se limita muchas veces a investigaciones especiales de brotes
Principales síntomas
Los síntomas que aparecen en esta enfermedad son muy típicos en la mayoría de los casos, estos son:
- fiebre
- tos
- bronquitis
- dolor de garganta
- dolor de cabeza
- sensación de cansancio.
- neumonía, la que suele ser leve y raramente requiere hospitalización.
- También se pueden presentar infecciones del oído medio (otitis media).
Los síntomas pueden persistir desde algunos días hasta más de un mes.
¿Cómo se contagia el micoplasma?
El micoplasma se contagia a través del contacto con partículas de secreción de la nariz y de la garganta de personas infectadas, especialmente cuando tosen y estornudan. Se cree que la transmisión requiere el contacto cercano prolongado con una persona infectada. El contagio en familias, colegios e instituciones ocurre lentamente. El período de contagio es probablemente inferior a 10 días y ocasionalmente más largo.
En general, los síntomas comienzan entre 15 y 25 días después de la exposición. Los síntomas generalmente se desarrollan lentamente, a lo largo de un período de dos a cuatro días.
¿Existe inmunidad? Si bien se produce la inmunidad después de una infección por micoplasma, ésta no dura toda la vida. Suelen ocurrir segundas infecciones, que pueden ser más leves. No se conoce la duración de la inmunidad.
Tratamiento y prevención
Los antibióticos tales como la eritromicina, la claritromicina o la azitromicina son eficaces para el tratamiento. Sin embargo, debido a que la infección por micoplasma suele resolverse sin ayuda, no siempre es necesario el tratamiento de síntomas leves con antibióticos.